Hablar de los azulejos andaluces es hacer referencia no sólo a una tradición con siglos de historia sino también a un auténtico arte. Así queda demostrado si ahondamos en el pasado y en el presente de aquellos:
- Fue la llegada de los musulmanes a Andalucía, en torno al siglo XI, la que trajo consigo que se adoptaran sus baldosas cerámicas como parte de la decoración de edificios de todo tipo.
- En concreto durante el periodo de Al-Ándalus, se llevaron a cabo azulejos sevillanos o azulejos gaditanos siguiendo las técnicas impuestas por los árabes. Entre estas se encontrarían la capa vítrea que los impermeabiliza, su colorido, las formas geométricas…
- En el siglo XIV, en Granada el arte del azulejo dio un fuerte impulso y se profesionalizó enormemente. Significó un importante revulsivo a la economía y supuso que se convirtiera en un signo de distinción decorativa.
- Baldosas cerámicas de este tipo pueden encontrarse en lugares tan significativos como, por ejemplo, el Castillo de San Angelo en Roma
- Azulejos baratos son solicitados hoy por ciudadanos de a pie que siguen confiando en ellos para renovar sus viviendas y fachadas.