lunes, 19 de octubre de 2015

Propiedades de los azulejos porcelánicos


Azulejos porcelánicos
Hay muchos tipos de azulejos que podemos escoger para la decoración de nuestro hogar. Uno de los más utilizados en los últimos tiempos, debido a su resistencia y belleza es el porcelánico.

Este tipo de baldosas se realiza con una única cocción, que da como resultado una gran dureza y una impermeabilidad muy notable. A diferencia de otros azulejos, el porcelánico no absorbe la humedad y es muy resistente a las rayaduras, lo que lo hace especialmente indicado para los exteriores.

Este tipo de azulejo es muy reciente y en estos momentos está en pleno auge. Comenzó a fabricarse en España a finales de los años 80 y cada vez existe más variedad debido a la alta demanda que está teniendo en estos momentos por parte del sector de la construcción y la decoración. Es muy polivalente, ya que puede utilizarse tanto en exteriores como en interiores, así como en viviendas y locales comerciales por su acabado elegante y sencillo.

¿Cómo es el azulejo porcelánico?

Podremos distinguir el azulejo porcelánico por su aspecto: es de un grano fino y con un acabado muy regular. Lo habitual es que se fabrique en piezas cuadradas o rectangulares. Se utiliza mucho para rodapiés y peldaños, aunque puede colocarse en cualquier lugar para la decoración. Una manera de diferenciarlo claramente de otros azulejos es ver la pieza por la parte posterior: el porcelánico es del mismo material en todas sus partes, mientras que otros tipos de azulejos pueden tener distintas texturas.

Ventajas del azulejo porcelánico

Además de la baja absorción del agua que tiene, es antideslizante y muy resistente a golpes y cambios bruscos de temperatura. En cuanto a su parte estética, el azulejo porcelánico es muy útil, tanto en interiores como en exteriores, porque puede utilizarse para imitar otros materiales naturales como mármol, granito e incluso la madera, dándole el tratamiento adecuado.